sábado, 17 de octubre de 2015

ADIÓS AL CUARTO ARTE

Como fiel seguidora de Auronplay que soy, uno de sus vídeos me ha dado el motivo por el cual hoy me hallo aquí redactando esta entrada. Es un tema que me tiene bastante indignada y que en cierto modo voy a ser subjetiva más que objetiva, porque de verdad lo digo, este tema me está llegando a doler y ofender.
Me remito al período helenístico, donde los griegos clasificaron las artes, que actualmente son oficiales siete. Hace más de dos mil años que se empezaron a numerar las artes. Hace más de dos mil años que el arte comenzaba a valorarse como lo que es, arte. Personas tan sabias como los griegos, que nos han proporcionado espléndidas obras, nos han dejado miles de escritos, miles de conocimientos, miles de enseñanzas, nos han dotado de lo que más podemos agradecerle los ciudadanos de clase obrera, la democracia, nos han hecho ver el mundo con diferentes perspectivas con sus pensamientos, que nos dieron la filosofía, nos han hecho imaginar con la mitología, y, gracias a ellos, en el siglo XVI, la figura de Dios dejó de ser la protagonista, y el hombre ocupó de nuevo ese lugar. Dieciséis siglos después de la caída de Grecia, por sus ideas, por sus maravillosas obras, por su increíble manera de pensar, por su sabiduría.
Y ahora, nosotros, en pleno siglo XXI, arrebatamos todo lo que nos han dado.
Somos tan desagradecidos, que de esas siete artes, vamos destruyéndolas todas una a una.
De las seis restantes ya se hablará en otro momento, ahora quiero centrarme en el cuarto arte, la música.
Después de este diminuto y mínimo repaso de todas, entre tantísimas cosas que nos dejaron los griegos, llego a la guinda del pastel.
No creía que esto iba a llegar tan lejos, pero efectivamente, está llegando demasiado lejos. Creo que ningún siglo está siendo tan desastroso como este.
Tengo conocimientos de lo que ha ido ocurriendo a lo largo de la historia, y me quedo pasmada con la inutilidad que tiene hoy en día la humanidad. ¿Cómo podemos retroceder de una manera tan bestia? Nos creemos que vamos avanzando, nos creemos que realmente hacemos falta, que somos héroes por conseguir lo que hemos conseguido, que somos liberales. Por favor, es momento de abrir los ojos y darnos cuenta de que la realidad es que somos unos arcaicos, estamos retrocediendo, todo lo que hemos conseguido lo estamos mandando a la mierda, y no hacemos ninguna falta. De hecho, el universo nos agradecería nuestra extinción. Ya no es porque los avances tecnológicos nos quieran convertir en máquinas, nos quieran programar desde pequeños, quieran despojar la infancia de cada niño que nace y hacerlo adicto a la tecnología. Ya no es porque la sociedad nos quiera imponer estereotipos de belleza, nos quiera vender como productos comerciales, nos quiera utilizar como ratas de laboratorio. Ya no es porque los políticos quieran que seamos sus marionetas, sus súbditos, para ellos impuestos andantes, y ellos mismos seres despreciables cuya ansia de poder y ambición los hunde en la corrupción, y sea esto lo único que desean, y no estabilidad económica y derechos para todo el mundo, ni siquiera para todos los que están siendo manipulados por sus falacias a cambio de unos míseros votos que los llevarán allí a donde quieren llegar pero sin ningún tipo de humildad ni moral. Más allá de todo esto, que lejos ha llegado, ahora además, como si no fuéramos lo suficientemente rastreros, pretendemos cargarnos el arte, así, sin más.
Si fusionamos las aplicaciones creadas con el fin de modificar la voz natural de una persona, véase el autotune, una persona con un nivel económico alto, y con otra persona que llame la atención de la sociedad, ¡tachán! ¿qué tenemos? Un producto comercial con la consecuente destrucción del cuarto arte.
¿Qué quiero decir con esto? Es muy simple. Las cosas milenarias no se destruyen de un día para otro, sino que se van destruyendo poco a poco, muy lentamente, pero se destruyen y consumen con el paso del tiempo.
La música, que es un arte milenario, que tiene el fin de ocasionar en el individuo un estímulo, una idea, un pensamiento, o una emoción, no es algo que la humanidad deba cargarse, como hace con todo que llega a sus manos. La música es una invención cultural, es un producto cultural, no un producto comercial.
Con el paso del tiempo, claramente no todo es igual, ya que como bien decía Heráclito, nada es estable, todo está en constante movimiento, todo va cambiando. La naturaleza cambia, las épocas cambian, y las modas también cambian. En lo personal, detesto las modas, mas es algo con lo que desgraciadamente tengo que vivir, porque ya forma parte de la sociedad en la que vivo.
El mejor ejemplo que puedo dar de las modas es el siglo XX. El siglo XX fue un siglo muy cargado, tanto de historia como de modas, y un siglo que a la música le influyó muchísimo.

1922, fumando espero, versión de Sara Montiel:
https://www.youtube.com/watch?v=mA9t6TC9jo4

1930, but not for me, versión de Elton John:
https://www.youtube.com/watch?v=TLjWdZ3mP5E

1940, how high the moon, versión de Ella Fitzgerald:
https://www.youtube.com/watch?v=djZCe7ou3kY

1953, diamonds are a girl's best friend, Marilyn Monroe:
https://www.youtube.com/watch?v=IUGfC7GYi18

Hasta la primera mitad del siglo XX, la música tiene un enfoque donde el jazz es el género dominante, y posteriormente, para la sociedad, predomina el estilo victoriano y el movimiento pin up. 
Es a partir de los años 60 que nace el rock and roll, y de nuevo, se aprecia otro cambio de moda.

1965, help, The Beatles:
https://www.youtube.com/watch?v=Brlf-ImCH38

1966, paint it black, The Rolling Stones:
https://www.youtube.com/watch?v=u6d8eKvegLI

Es a partir de aquí, y de los años siguientes, los 70 y 80, que nacen varios géneros musicales, como el heavy metal y los infinitos géneros que derivan de este, el reggea y sus derivados, el rap... etcétera.
No es hasta los años 90 que tanto la sociedad como la música empieza a decaer.
Quería mostrar la trayectoria por la que ha pasado la música en este largo siglo XX. Podría poner muchísimos más ejemplos de canciones que han pasado a la historia junto con los grupos que les han dado vida a las canciones y a los géneros, y en parte de los movimientos sociales. Las música también tiene relación con la sociedad, y con ello, las modas.
En los años 80, la moda de los pantalones de campana y de aquellos extravagantes y alocados peinados que todo el mundo llevaba. A su vez, todo el mundo escuchaba el grupo que estuviese de moda en ese momento.
La música producía satisfacción, producía sensaciones, producía locura (en el buen sentido), producía emoción, tanto por lo que escuchabas, por la emoción del fanatismo. Y es que sin música, nada habría sido igual. Imagine no habría causado el revuelo social que creó por el significado, ni la iglesia habría estado en contra de los padres del heavy metal por componer lo que ellos denominaban canciones sátiras que hacían que los adolescentes tuvieran una imagen demoníaca del mundo.
La música, a parte de ser un regalo para nuestros oídos, también es una terapia, que en numerosas ocasiones puede ayudar a una persona a superar la situación que esté atravesando.
Puedes disfrutar de la música, llorar con la música, animarte con la música, hundirte con la música, y ese es precisamente el efecto que debe tener en una persona. Entiendes la música cuando tu estado anímico está por los suelos, y la disfrutas cuando está por las nubes. Pero aún así, siempre está contigo, siempre recurres a ella, siempre te ayuda. La música incluso pueden regalarnos orgasmos, porque no hay mejor sensación que estar a solas con unos auriculares, con los ojos cerrados, escuchando profundamente lo que se reproduce en tus oídos, sin escuchar ningún ruido exterior, solamente lo que sale por los auriculares, y que en ese momento, se erice tu piel, y te entren escalofríos. Porque eso es la música, no el concepto que tenemos diariamente.
Géneros que se han ido creando a lo largo del siglo XX, dejando atrás los que ya he mencionado antes, y que en pleno siglo XXI se explotan hasta el punto de hacerlo repulsivo, machista y desagradable para cualquiera que aprecie la música.



https://www.youtube.com/watch?v=cOWMByXN33w
https://www.youtube.com/watch?v=tPsZNFL9e1k

Esto, le pese a quien le pese, le guste a quien le guste, siento comunicarle, hablando de manera estrictamente musical, es un insulto a la música. Ninguna persona que toque instrumentos, que tenga conocimientos de música, más allá de saber apreciarla, ninguna persona, escuchará esto por su propia cuenta, ni mucho menos lo valorará como algo artístico. No es artístico, es insultante. Nos insultan a los músicos, y por eso yo dije al principio, que me duele y me ofende. Me duele porque para la sociedad, lo que yo hago, es equivalente a esto, ya que ambos se les considera música. Y me ofende, me ofende hasta tal punto que me avergüenza. Me ofende que no solo yo, sino muchísimas personas que se han gastado su dinero en escuelas de música, y aún así solo hayan conseguido conocimientos y experiencia musical, cosa que en estos vídeos no hace falta añadir que carece completamente. Que todos y cada uno de los músicos hayan dedicado horas de práctica al instrumento que se dediquen, para que después vengan personas que no tienen ni idea, a arrebatarles el lugar que les corresponde.
Que personas con muchísimo talento y una inteligencia musical alta estén tiradas en los pasillos del metro y de las calles y dediquen sus días, su tiempo y sus horas a ganarse dignamente la vida, y después, personas con un talento que no es para la música, se hagan de oro con sacar una canción que no les ha gastado tiempo, que en la mayoría de los casos ni las han compuesto ellos, ni las han escrito ellos, y que encima detrás de esa canción no haya ningún significado, sea una letra vacía que incita a la sociedad a ver lo que ven reflejado en la letra. Me parece vergonzoso.
Y, vuelvo a repetir, pero esta vez, Beethoven o Wagner serán los que están revolviéndose en sus tumbas.
Gracias, gracias a los seguidores de esas personas, por ser cómplices de la destrucción del cuarto arte, y haber convertido la música en una vía de obscenidades, mala conducta, y una forma rápida de conseguir dinero sin invertir el más mínimo esfuerzo ensuciando un arte milenario. Gracias.

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