miércoles, 21 de diciembre de 2016

CRISÁLIDA

Ojos vendados,
agarrados de pies y manos,
pobres de nosotros,
insensatos que somos,
libres nos creemos,
y la realidad es que estamos esclavizados
como marionetas con hilos innatos,
ante un sistema podrido y falso
camuflado como democrático.
Determinados y condenados a órdenes de una jerarquía
movida por capitalismo y religión,
y no por sabiduría.
Qué pena utilizar algo tan preciado como la poesía
para manifestar la hipocresía
de aquellos que gracias a nuestras mejores armas;
votos, educación y confianzas,
nos gobiernan creyéndose superiores a nosotros
sin darnos las gracias
de tener el puesto que no merecen.
Porque de democracia hablan,
la libertad venden,
y el pan ofrecen,
pero las ansias de poder no mienten,
y lo único de lo que podemos estar seguros
es de la ambición que sienten.